En numerosas ocasiones escuchamos y oímos a mucha gente decir frases como: ¡que difícil es cambiar!, lo he intentado todo, ¡me es imposible cambiar!, ¡esa persona es así y no creo que cambie!. ¿Por qué resulta difícil modificar conductas en nosotros?. ¿Cuál es el proceso que naturalmente las personas pasamos para cambiar?.
Empecemos primero por un mensaje claro y optimista y es que todas las personas podemos cambiar y todo comienza por el autodescubrimiento o lo que llamamos conocer nuestro interior, que no es más que superar nuestras creencias limitantes, las autocríticas severas, miedos y prejuicios que son los principales factores que impiden avanzar hacia el crecimiento, hacia el cambio.
Se cambia cuando se modifican los pensamientos, conductas y hábitos, esto sin embargo, lleva tiempo y requiere de constancia, por lo que siempre se sugiere convertirlo en un desafío personal, que consistiría en cambiar pensamientos y crear nuevos hábitos que eviten que se caiga en viejas creencias y esquemas.
Los cambios conscientes se pueden llamar metamorfosis del alma, y suceden cuando encontramos un sentido notable para cambiar, que no es más que ir a un conocimiento profundo de nuestra esencia a nuestro núcleo y sacar lo mejor de cada uno, como son nuestros talentos, poner en valor nuestras potencialidades y llevarlas a flote en nuestra vida; para dar un vuelco, una evolución un crecimiento.
Bruce Lipton, Doctor en Medicina, investigador en biología celular, nos dice que somos lo que vivimos y pensamos, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. El ser humano está compuesto de células, y la célula es vida, las personas reciben información a través de sus sentidos y las células del entorno a través de esos receptores que captan la información. Esto que quiere decir que las células reaccionan a nuestros pensamientos, positivos o negativos.
La gran reflexión que quiero dejar en este post siguiendo las sabias investigaciones del Dr. Lipton y mis reflexiones, es que no vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos y desde esta premisa caemos en ser víctimas de nuestras creencias y paradigmas aprendidos desde la infancia, pero la buena noticia es que podemos cambiar sin morir en el intento.
Al cambiar las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambia nuestra realidad. Si reprogramamos las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, el dinero, el amor, podemos alcanzarlas. La manera de reprogramar es repetir y repetir con mucha constancia hasta que se cree un hábito.
Una de las técnicas que recomiendo y que me ha funcionado, para conectar con el subconsciente y reprogramarlo, es hablar mentalmente unos minutos antes de sentir que tienes sueño o empezar a dormir, solo unos minutos, al menos cinco minutos y llenarte de pensamientos y afirmaciones positivas en presente. ¿Por qué se escoge justo en ese momento?, pues se ha comprobado que nuestro inconsciente trabaja mucho más mientras dormimos y si le damos esa tarea como especie de orden con esta técnica, estamos programando para que durante toda la noche conecte con esos pensamientos.
Eso sí, advierto que debe ser una tarea de constancia para ver resultados, recordemos que nuestras creencias y paradigmas están desde nuestra niñez y que no es un proceso de horas o solo unos días. A mediano plazo, con constancia y repetición se ven los cambios; unido a la voluntad y la gran razón para cambiar, o el gran por qué y para qué del cambio.
¡Ánimo todos podemos cambiar, el desafío te espera y vale la pena en este maravilloso camino llamado vida!
“La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son más poderosos que la química”. Bruce Lipton.
María Inés Castillo González
Consultor en Gestión de Personas