¿Cómo cultivar límites saludables en mi vida y relaciones?

¿Tienes y desarrollas límites saludables en tu vida, en tus relaciones personales y contigo mismo?.

Conversar sobre los límites determina a lo que estamos de acuerdo o lo que decimos “Si”, y a lo que decimos “No” y no estamos dispuesto a tolerar; pero en realidad, ¿qué son los límites?. 

Representan nuestra medida de moderación en nuestras relaciones y con nosotros mismos; podemos decir que tenemos límites interpersonales, cuando se trata de todos aquellos que se establecen con las personas que te relacionas; mientras que los intrapersonales son los que nos establecemos a nosotros mismos.

En la vida cotidiana el respeto a los límites está presente en todos los ámbitos, sin embargo al hablar a nivel personal, las personas pueden no tener límites muy claros y parten de la premisa “si soy complaciente, me aceptan los demás”, hasta llegar a descuidar sus necesidades y a ellos mismos. Y caso contrario, cuando se determinan límites demasiados rígidos aparece la tendencia de aislarse, sucede entonces que se aparta gente de su lado o sencillamente la apartan de su vida.    

¿Qué límites tienes contigo mismo?, ¿Cuánto poder le otorgas a los demás y consientes sus demandas y solicitudes?. ¿Eres capaz de comunicar de forma respetuosa los límites, incluso frente a una diferencia?. 

Si deseamos mantener límites saludables es muy importante que sean flexibles, que puedan abrirse o cerrarse si es necesario; para mantener un equilibrio sano en nuestra vida y relaciones, sin que ellos minimicen nuestra seguridad interior y nuestro centro de valor. Cuando tenemos límites saludables, nos permiten construir una personalidad estable, ser dueños de nosotros mismos y nuestros propios consejeros, capaces de organizar nuestras vidas, y de tomar decisiones coherentes y responsables. Respetar los límites de nosotros mismos y de los demás, nos hace más confiables, más seguros de nosotros mismos y más dignos de respeto.

Cuando aprendemos a establecernos límites saludables a nosotros mismos nos permitimos ser más felices y tener alta autoestima, porque nos aceptamos como somos, no necesitamos exigirnos ser quien no somos, ni sufrir privaciones, ni hacer más de lo que puede sin respetar nuestro cuerpo, manejamos mejor la tolerancia a la frustración; y podemos concienciarnos, que sólo aceptando, se trasciende. 

Entre los mayores retos que tenemos para desarrollar límites saludables, es aprender a decir NO, es una tarea pendiente para muchas personas y más cuando se trata de relaciones cercanas: familia, pareja, amigos y compañeros de trabajo.  Nos cuesta decir No, y es porque tras esa respuesta están las emociones de miedo y rabia. Es por ello que esta habilidad, requiere primero de reconocer cuál de estas emociones están presentes, cuando establezco ese límite. Cuando reconozco mis emociones soy más consciente y puedo aprender a comunicarlas sin amargura, negatividad o miedo al rechazo, elevando mi autoestima y poder personal.  

Establece tus límites de forma explícita y consciente; si nos ponemos a reflexionar seguramente nos daremos cuenta que los límites los vamos estableciendo a través de nuestras acciones, hechos y de la forma en que permitimos que nos traten. Ante esto es necesario expresarlos de forma clara. No podemos suponer en que el otro o los demás, deberían presentir algo que para nosotros puede estar muy claro, cuando confiamos en que está sobreentendido la capacidad del otro o los demás, nos llevamos resultados muy poco positivos en la mayoría de las circunstancias. Si no deseas que quebranten tus límites o que no te los sigan quebrantando, te corresponde explicar claramente con amabilidad y respeto lo que no estás dispuesto a aceptar.

Los límites saludables se consolidan entonces si hacemos un uso inteligente del derecho que tenemos de decir No y de la decisión responsable de decir . Un límite bien establecido no es un acto de imposición, sino un acto transparente y sincero donde solicitas ser respetado.

Todas estas prácticas nos ayudan a estar conectados con nuestro valor, fortalecer nuestra seguridad personal, y conseguir comunicarnos con nosotros mismos y con los demás auténticamente. Sé que para muchos y me incluyo, cuando empezamos a cambiar y ajustar estas habilidades en nuestra vida al principio da mucha resistencia y miedo, pero una vez que decidas llevarlo a tu rutina y veas los resultados se irá haciendo más fácil y te empodera más. Empezaremos a atraer a personas que respetan nuestros sanos y permeables límites, los que no están dispuestos a hacerlo irán desapareciendo y las que siguen a nuestro lado con mejores lazos de tolerancia, respeto y aceptación. 

Cada día puedes elegir si poner límites o no ponerlos, empieza a identificar las personas y situaciones donde más te cuesta poner límites. ¿Qué pasaría si pones en práctica estos consejos?. ¿Qué decides hacer a partir de hoy?.

María Inés Castillo González

@g_eltalento

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